LA TRAVESÍA POR EL BARDO



 

 

La travesía por el Bardo

 

 


Música (libre de derechos): Bensound

Tema musical: Happiness


 

LETRA

 

Contamos con toda una vida para librar nuestra última, y única batalla, nuestro paso por el bardo. Lugar adimensional donde van a parar nuestras almas desencarnadas.

Según cuentan por ahí, el viaje, tomando como parámetros los tiempos planetarios de la humanidad, dura cuarenta y nueve días, minutos más, minutos menos.

 

Durante ese lapso de tiempo seremos testigos íntimos de todo lo hecho y deshecho. Las mismas entidades que aquí nos gobiernan, aparecerán en nuestro camino para disuadirnos y seguir perpetuando, desde el trono a la sombra, su poder predatorio. Salvo que allí tenemos más desarrollado el libre albedrío, al no tener cuerpo, contamos con menos necesidades y mayor libertad de maniobra; y esto mismo podríamos aprovecharlo a nuestro favor, si es que hemos trascendido ciertas limitaciones de la conciencia durante el paso por el mundo, por nuestras finitudes y vigilias.

 

Estas entidades (las llamaré arcónticas) necesitan que regresemos a esta Rueda del Samsara, mátrix tortuosa, Mara que de mara-villosa, nada; nuestro Kay Pacha, purgatorio irremediable, este tome y daca que siempre se queda con el vuelto.

 

Durante la travesía nos seducirán con espejitos de colores, como hacen siempre estos entes maquiavélicos. Nos activaran las culpas, los karmas, arrepentimientos, inseguridades, deseos frustrados, inacabados, a los cuales nos aferraremos mediante nuestros vicios y las más decadentes formas de expresión. Y volveremos, otra vez, a desvivir la misma historia. Títeres convenientes que se mueven en un plato que nunca sacía. Muñecos, a control remoto, uniformados, cual ejército que se fusila a sí mismo.

 

Pero, como digo, si le sacamos hasta la última gota a esta experiencia mundana que resulta la vida, ascenderemos, trascendidos, y pisaremos el bardo con una vuelta más de consciencia. Habiendo subido un peldaño en la escalera espiral. Nos mantendremos erguidos frente a las calumnias, acusaciones y demás artilugios emocionales que nos atrapan en esta inmensa telaraña de un tiempo que siempre se repite, como el bucle, infinito, que nunca llega a espiral.

 

Tenemos una vida de yapa para cortar los piolines que nos mueven y alcanzar la victoria en la batalla final. Y salir por la tangente de este problema tan matemáticamente planificado. En un viaje cósmico que nos eleve a nuevas formas de ser. En un grito desesperado, orgásmico, donde el deseo queda colmado y se hace la luz.